domingo, 20 de agosto de 2017

Historiadores marxistas británicos



    British Marxist historians


* Adrián Lozano

Los principales postulados de los historiadores marxistas británicos fueron no sólo colocar a los campesinos y obreros en el foco de sus investigaciones, sino también atender  a este sector como un elemento vivo, relevante y cuyas estructuras y significaciones pudieran  ser atendidas desde su interior, desde sus particularidades, desde sus interpretaciones, sus ideas y creencias, desde sus decepciones, expectativas y aspiraciones y cuyo accionar no es conducido siempre por motivos irracionales.
George Rudé fue uno de sus principales exponentes en la primera etapa. También formaron parte de esta corriente historicista nacida a mediados del siglo XX otras figuras como Eric Hobsbawm, Rondex Hilton, Edward Thompson, Victor Kiernan y Maurice Dobb, todos comprometidos ideológica y activamente con el partido Comunista británico y cuyos trabajos circularon en numerosas ocasiones en la revista de historia Past & Present  publicada por la Universidad de Oxford.
   La historia desde abajo propone en su práctica la utilización de nuevas fuentes para poder entender los acontecimientos históricos e inyectó al estudio de esta disciplina una carga teórica mayor a la que tenía hasta entonces.
  Estos historiadores desplazaron el eje de interés desde las elites hacia los movimientos populares y sus estudios trascendieron a las cuestiones económicas para focalizar su tarea en conceptualizaciones sociales en donde, por ejemplo, la cultura y las costumbres tracciónan también en la conformación de la cultura popular.  “Rudé y sus colegas aprendieron de Marx y de Engels más que de nadie. Aprendieron que las vidas y las acciones de la multitud, del pueblo, de las clases desposeídas, constituyen la verdadera substancia de la historia.” Casanova, J. (1991) “La historia social y los historiadores”,  Editorial Crítica, Barcelona, P.104.
  Influenciados por el compromiso ideológico, estos autores recuperaron el pasado a partir de las acciones y las resistencias que proponían las clases bajas. Rescataron y analizaron, por medio de la conjugación del trabajo de archivo, del análisis cuantitativos, de las comparaciones y de trabajos analíticos; los motines de subsistencia, las revueltas urbanas, los conflictos laborales, las resistencias campesinas, los objetivos de estos hechos, sus regularidades y lógicas y los factores culturales que escondían estas manifestaciones.
   Edward P. Thompson puso su impronta personal al servicio de una nueva perspectiva en el estudio de la historia social.  Sus postulados están motorizados en el giro hermenéutico que se producen en las Ciencias Sociales en la década de 1960 y del cual la Historia se hizo eco y en donde  la cultura adquiere un lugar importante en el estudio de la historia. Este autor comienza a dar lugar  al análisis de los acontecimientos en lugar de hacer foco  en  descripciones.
  Thompson encarna el concepto de cultura y lo estudia  como un componente  primordial para explicar distintos acontecimientos sociales y también entiende que la conciencia de los hombres no se le impone absolutamente desde el exterior.
   Indaga sobre las costumbres populares en la Inglaterra del siglo XVIII en su trabajo realizado en 1963 sobre la clase obrera inglesa, The making of english working class. En este sector popular, invisibilizado para muchos, pudo encontrar numerosos detalles de la vida diaria y familiar que daban cuenta de las normas que existían en esa Inglaterra y que al ser estudiadas desde una perspectiva desnaturalizante e interpretativamente pudo extraer elementos de ese contexto real y simbólico que expliquen de forma más certera el sentido cultural que tienen determinadas costumbres o actitudes en ese contexto social.  Rescata la función social que tiene la “costumbre” y advierte que si bien ella actúa como un mecanismo de control social de esa comunidad, también traccióna de tal manera que cuestiona el orden imperante. Es decir que ella puede actuar intentando resistir a los cambios como también afirmando una determinada legalidad.  Thompson procura visualizar las funciones racionales de las protestas populares. Está atento a la comprensión de los sentidos que adquieren esas manifestaciones  y de las funciones que cumplen en esa comunidad contextualizada geográfica e históricamente y que adquieren un carácter dinámico y transformador de los comportamientos en la comunidad.
  El texto “Tiempo, disciplina de trabajo y capitalismo industrial” es desarrollado teniendo en cuenta el contexto de las modificaciones que plantea el incipiente capitalismo en la Inglaterra del siglo XVII, en donde aparecen nuevas tensiones, actores sociales, condiciones laborales y también la regulación del tiempo laboral por medio de los relojes. Estos elementos enfrentan a la cultura popular plebeya con la cultura de la Elite. Aquí  comienzan a trazarse intercambios de ideas, pautas de conductas  y diferentes tipos de presiones tendientes a modificar la cultura popular en muchos aspectos.
  Thompson analiza las diferentes maneras que la clases populares median el tiempo, los pescadores, agricultores, artesanos, los aldeanos etc. También describe el significado diferente  que le asignan los patrones al tiempo, aquí es reducido al dinero que se adquiere o malgasta. El reloj ordena las horas laborales y la actividad de los trabajadores. Estas nuevas concepciones del tiempo medido no fueron ni totalmente impuestas ni tampoco asumidas sin resistencias ni conflictos sino que fueron parte de negociaciones colectivas que tuvieron a las elites y a los trabajadores como protagonistas, estos últimos,  resistiendo, aceptando y modificando esas nuevas modificaciones que alteraban muchas de sus concepciones culturales.

Historicismo y Annales


 Historicism and Annales


* Adrián Lozano


A fines del siglo XIX la historia, no sólo comienza a trazar su camino para transformarse en una disciplina autónoma, sino que también que inicia el camino para  pensarse a sí misma en cuanto a determinar la forma en que ella investiga y también a las características que tendrán las difusiones de sus conocimientos.
  Leopold von Ranke fue una de las figuras de la influyente Escuela Histórica Alemana. El encarnó un proceso de individualización y profecionalización de la disciplina histórica a través de una investigación guiada por un método que reflejara una realidad desprovista de prejuicios valorativos. “El concepto ranqueano de la Historia de una ciencia rigurosa se caracteriza por la tensión entre la demanda explícita  por una investigación objetiva que rechaza estrictamente tanto los juicios de valor como las especulaciones metafísicas, y los supuestos filosóficos y políticos implícitos  que en realidad determinaban su investigación”  Iggers, Georg, La historiografía del siglo XX. Desde la objetividad científica al desafío posmoderno, Fondo De Cultura Económica, 2014. P.52
  El método propuesto por Ranke contenía fundamentalmente tres momentos; el del estudio crítico de las fuentes auténticas, la interpretación imparcial y la exposición objetiva. En sus estudios hacía hincapié en la individualidad de los fenómenos históricos, es decir que ellos debían ser comprendidos utilizando los criterios de su propio tiempo.
  En esta etapa tuvo gran preponderancia el estudio de la historia política centrada en la actividad emanada de los Estados y por ende, de las grandes personalidades de esos tiempos. Los archivos originales primarios fueron la fuente de información que daba impulso a la investigación.
  La historia era visualizada como un bien cultural, estaba atada a los principios científicos, atenta a los acontecimientos singulares y rechazaba especulaciones metafísicas. Se encontraba amarrada a los  hechos políticos, en sintonía del despliegue de los emergentes Estados nacionales y en procura de una divulgación que era sostenida fundamentalmente desde las academias y por intermedio de las revistas especializadas.
  Gustav Droysen, Heinrich von Treitschke y Theodor Mommsen fueron algunos de los discípulos de Ranke. En esta nueva etapa se aceleró el interés por la historia nacional, el estado liberal y se aceitaron las herramientas ideológicas que aportaba la Historia en el afán de lograr la estabilidad del Estado para forjar la unificación de ese país encerrado en un nuevo contexto en donde la industrialización produjo la emergente figuras de los sindicatos, los obreros y las disputas sociales.
  Para fines de ese siglo surgen figuras tales como las de Jacob Burckhardt primero y luego la de Karl Lamprecht. El primero promovió la historia cultural en donde relacionaba al Estado, a la religión y a la cultura; luego Lamprecht abogó por el análisis económico, social y cultural, al mismo tiempo que cuestionó el planeamiento cronológico y descriptivo de la historiografía alemana, esto le costó el aislamiento en su país.
  En Francia, en esta época, emergen y se consolidan las carreras universitarias de Historia y los distintos congresos destinados a la ramificación y especialización en esta disciplina. Los ejes, en esta primera etapa, estuvieron en sintonía con los acontecimientos políticos como también los trabajos de archivos, las fuentes oficiales y la búsqueda de la objetividad. La escuela metódica positivista dominaba el escenario en estos tiempos.
  En los Estados Unidos, Frederick Turner  fue la cara más visible del cambio historiográfico. Interesado por la historia social y económica. Promovía lo que se llamó la “Nueva Historia”. Por ejemplo, vinculó las ideas patrióticas norteamericanas con la expansión que este país desarrolló al oeste de sus fronteras. Este autor analiza los efectos provocados en los inmigrantes realizando un estudio regional y comparativo en donde establece los efectos provocados por estos acontecimientos  en cuanto a la nacionalización de su país. “En los Estados Unidos, el famoso estudio de Frederick Jackson Turner sobre “la significación de la frontera en la historia norteamericana” (1893) rompía francamente con la historia de los acontecimientos políticos” Burke, P. (1990) La revolución historiográfica francesa. La escuela de los Annales: 1929-1989, Gedisa, Barcelona. P. 17.
  La corriente historiográfica de Annales tiene sus raíces en Francia, su nombre hace referencia a la revista publicada a partir de 1929 “Los annales de la historia política y social”. Sus primeros integrantes, Lucien Febvre y Marc Bloch, procuraron que esta disciplina se involucre con la geografía, la sociología y la antropología entre otras. Sus propuestas eran la de una historia analítica que incluya a diferentes grupos sociales, que tenga en cuenta sus creencias de los individuos, sus construcciones sociales, los contextos geográficos y abogaban por una actitud más participativa del historiador a través de su capacidad analítica. “Sin duda, el nacimiento de los Annales marca en profundidad la reflexión de los historiadores, tanto sobre su disciplina como sobre su oficio” Revel,J. (2005) Un momento historiográfico. Trece ensayos de historia social, Manantial,  Buenos Aires, p. 20.
  El acontecimiento, la coyuntura, la comparación, la cuantificación, las mentalidades, los aspectos demográficos y regionales  fueron algunos de los pilares de una investigación que ya no procuraba avanzar sólo a partir de documentos oficiales y que concentraba grandes componentes sociales contextualizados en sus análisis. Se procuró comprender el pasado de los pueblos desde distintas dimensiones y se empezó a estar atentos a los orígenes, a las explicaciones y a las consecuencias de los hechos históricos.
  En una segunda generación liderada por Fernand Braudel y en donde se tuvo un enfoque estructural economicista, se hizo hincapié en la división del tiempo histórico en largo, medio y de corta duración. En la tercera generación, cuyos inicios son en la década de 1970 y en donde se acuño la concepción de “Nueva Historia”, cobró forma la historia de las mentalidades con la forma cuantitativa. Las fuentes fueron ampliadas en este período en donde se propuso que todo podía ser “fuente”. Los aspectos ideológicos, religiosos y culturales fueron muy importantes en esta etapa, así como los valores particulares de cada época.

La micro-historia

  The micro story



* Adrián Lozano


Para el historiador francés Jackes Revel, la micro-historia se forja a partir del análisis y la reflexión de la producción histórica contemporánea y destaca que si bien no constituye un cuerpo uniforme, se encuentra aferrada a una forma determinada de visualizar la investigación histórica. Ella surge como una respuesta a la historia social y con el afán de lograr formulaciones más realistas y abarcativas del comportamiento de los hombres y mujeres en sociedad. Para ello propone métodos y contextos de análisis diferentes hasta los entonces utilizados en esta disciplina. “La micro-historia nació como una reacción, como una toma de posición frente a cierto estado de la historia social de la que sugiere reformular ciertas concepciones, exigencias y procedimientos. Desde este punto de vista, puede tenervalor de síntoma historiográfico”. Revel, J. (1995) “Microanálisis y construcción de lo social” en Anuario IEHS No. 10, P. 126.
  El contexto social en crisis y este nuevo enfoque historiográfico pusieron en crisis a la perspectiva  macro-social hasta entonces predominante y se empezó a proponer una nueva manera de formular y estudiar los hechos que se consideraban relevantes.
Una de las características que asume la micro-historia es la modificación de la escala de análisis, proponiendo así un nuevo recorte y una significación distinta de ellos. Aquí el recorte que se realiza está ligado a una estrategia epistemológica que permite a través de su “variación” encontrar el análisis, por ejemplo, de un mismo individuo en contextos sociales diferentes.
  La micro-historia propone, a través de comportamientos individuales o de la interacción de los individuos en una comunidad, dar cuenta de aspectos y análisis que se muestran invisibilizados para la historia macro-social. Estos elementos permiten desenmascarar o esclarecer aquellas cuestiones que son presentadas como certezas en las descripciones tradicionales y consensuadas en una época.
  La micro-historia va a atender los comportamientos particulares y la injerencia que ellos tienen en el marco de identidades colectivas.
  En cuanto al contexto, va a trabajar con la certeza de que su formulación debe realizarse a través de la comprensión de los comportamientos y no a partir del peso de un contexto más general que lo absorbe. Se va a centrar en la construcción de redes de relaciones en la que determinada persona se encuentra, una contextualización “múltiple” que le permita la relación con el contexto general en el que está inmerso. De modo que se invierte aquí el punto de partida para su análisis.
  La reducción de la escala de observación, la búsqueda de lo que se muestra como oculto,  aquellos acontecimientos en los cuales pareciera que no ocurre nada significante, el análisis social a partir de las experiencias individual, la multiplicidad de contextos y el particular estilo narrativo que da cuenta de su técnica, de sus debilidades, de sus falencias y fortalezas argumentativas, son algunas de las características señaladas por Revel.