British Marxist historians
* Adrián Lozano
Los principales postulados de los historiadores marxistas británicos fueron no sólo colocar a los campesinos y obreros en el foco de sus investigaciones, sino también atender a este sector como un elemento vivo, relevante y cuyas estructuras y significaciones pudieran ser atendidas desde su interior, desde sus particularidades, desde sus interpretaciones, sus ideas y creencias, desde sus decepciones, expectativas y aspiraciones y cuyo accionar no es conducido siempre por motivos irracionales.
George Rudé fue uno de sus principales
exponentes en la primera etapa. También formaron parte de esta corriente
historicista nacida a mediados del siglo XX otras figuras como Eric Hobsbawm,
Rondex Hilton, Edward Thompson, Victor Kiernan y Maurice Dobb, todos
comprometidos ideológica y activamente con el partido Comunista británico y
cuyos trabajos circularon en numerosas ocasiones en la revista de historia Past
& Present publicada por la
Universidad de Oxford.
La historia desde abajo propone en
su práctica la utilización de nuevas fuentes para poder entender los
acontecimientos históricos e inyectó al estudio de esta disciplina una carga
teórica mayor a la que tenía hasta entonces.
Estos historiadores desplazaron el eje de interés desde las elites hacia
los movimientos populares y sus estudios trascendieron a las cuestiones
económicas para focalizar su tarea en conceptualizaciones sociales en donde,
por ejemplo, la cultura y las costumbres tracciónan también en la conformación
de la cultura popular. “Rudé y
sus colegas aprendieron de Marx y de Engels más que de nadie. Aprendieron que
las vidas y las acciones de la multitud, del pueblo, de las clases desposeídas,
constituyen la verdadera substancia de la historia.” Casanova, J. (1991) “La
historia social y los historiadores”,
Editorial Crítica, Barcelona, P.104.
Influenciados por el compromiso
ideológico, estos autores recuperaron el pasado a partir de las acciones y las
resistencias que proponían las clases bajas. Rescataron y analizaron, por medio
de la conjugación del trabajo de archivo, del análisis cuantitativos, de las
comparaciones y de trabajos analíticos; los motines de subsistencia, las
revueltas urbanas, los conflictos laborales, las resistencias campesinas, los
objetivos de estos hechos, sus regularidades y lógicas y los factores culturales
que escondían estas manifestaciones.
Edward
P. Thompson puso su impronta personal al servicio de una nueva perspectiva en
el estudio de la historia social. Sus
postulados están motorizados en el giro hermenéutico que se producen en las
Ciencias Sociales en la década de 1960 y del cual la Historia se hizo eco y en
donde la cultura adquiere un lugar
importante en el estudio de la historia. Este autor comienza a dar lugar al análisis de los acontecimientos en lugar
de hacer foco en descripciones.
Thompson encarna el concepto de cultura y lo
estudia como un componente primordial para explicar distintos
acontecimientos sociales y también entiende que la conciencia de los hombres no
se le impone absolutamente desde el exterior.
Indaga
sobre las costumbres populares en la Inglaterra del siglo XVIII en su trabajo
realizado en 1963 sobre la clase obrera inglesa, The making of english working
class. En este sector popular, invisibilizado para muchos, pudo encontrar
numerosos detalles de la vida diaria y familiar que daban cuenta de las normas
que existían en esa Inglaterra y que al ser estudiadas desde una perspectiva
desnaturalizante e interpretativamente pudo extraer elementos de ese contexto
real y simbólico que expliquen de forma más certera el sentido cultural que
tienen determinadas costumbres o actitudes en ese contexto social. Rescata la función social que tiene la
“costumbre” y advierte que si bien ella actúa como un mecanismo de control
social de esa comunidad, también traccióna de tal manera que cuestiona el orden
imperante. Es decir que ella puede actuar intentando resistir a los cambios
como también afirmando una determinada legalidad. Thompson procura
visualizar las funciones racionales de las protestas populares. Está atento a
la comprensión de los sentidos que adquieren esas manifestaciones y de las funciones que cumplen en esa
comunidad contextualizada geográfica e históricamente y que adquieren un
carácter dinámico y transformador de los comportamientos en la comunidad.
El texto “Tiempo, disciplina de trabajo y
capitalismo industrial” es desarrollado teniendo en cuenta el contexto de las
modificaciones que plantea el incipiente capitalismo en la Inglaterra del siglo
XVII, en donde aparecen nuevas tensiones, actores sociales, condiciones laborales
y también la regulación del tiempo laboral por medio de los relojes. Estos elementos
enfrentan a la cultura popular plebeya con la cultura de la Elite. Aquí comienzan a trazarse intercambios de ideas,
pautas de conductas y diferentes tipos
de presiones tendientes a modificar la cultura popular en muchos aspectos.
Thompson analiza las diferentes maneras que
la clases populares median el tiempo, los pescadores, agricultores, artesanos,
los aldeanos etc. También describe el significado diferente que le asignan los patrones al tiempo, aquí es
reducido al dinero que se adquiere o malgasta. El reloj ordena las horas
laborales y la actividad de los trabajadores. Estas nuevas concepciones del
tiempo medido no fueron ni totalmente impuestas ni tampoco asumidas sin
resistencias ni conflictos sino que fueron parte de negociaciones colectivas
que tuvieron a las elites y a los trabajadores como protagonistas, estos
últimos, resistiendo, aceptando y
modificando esas nuevas modificaciones que alteraban muchas de sus concepciones
culturales.